Con anterioridad a su partitura para THE LORD OF THE RINGS: THE FELLOWSHIP OF THE RING (2001) Howard Shore compuso esta obra que pasa por ser un trabajo correcto a la vez que complejo que anticipa la trilogía de Peter Jackson. Hasta cierto punto podemos definir THE YARDS (2000) como una obra personal y madura de un compositor que ha tenido una larga trayectoria y que a pesar de ser un perfecto desconocido para la mayoría ha cosechado diversos premios y nominaciones a lo largo de su carrera. Howard Shore no esconde sus preferencias musicales ni sus fuentes de inspiración; así es cómo hemos de escuchar el tema Saturn, Bringer of the Old Age de la sinfonía THE PLANETS (1914-1916) de Gustav Holst, como una fuente de inspiración que le sirve para presentar la obertura a THE YARDS; y la verdad es que el estilo de uno y de otro son tan parecidos que incluso podríamos aventurar que THE YARDS es una aproximación al estilo Holst.

La estructura de THE YARDS es muy sólida, y se construye bajo la unidad temática de un tema, Sunnyside Yards tan espléndido como misterioso. Para mi esta partitura es una obra muy personal, una revisión estilística que incluso rompe con la concepción que el compositor de Toronto tenía de los filmes de crímenes y asesinatos. La música ya no es tan oscura ni tan atmosférica ni agobiante y sus melodías son inspiradas por la omnipresencia de las notas del solo para oboe. Algunos temas como Hilltop Diner son incluso melancólicos. La variedad temática en THE YARDS no va más allá del misterio, la melancolía o el drama.

Otra característica la encontramos en la construcción de la partitura en temas cortos, sólo dos sobrepasan los tres minutos, y la mayoría son inferiores a los dos minutos. Esta estructura, además de simple, era la más acertada para componer una banda sonora que no cayese en la repetición innecesaria. Es más, Howard Shore experimentó con diferentes oberturas para instrumentos de viento.

Los grandes temas de esta obra, tales como Queensborough Hall, Hospital Mission o Money Clip, son de una extraña belleza melódica. Howard Shore es sinfónico a la vez que utiliza el oboe para dar a su obra una cohesión melódica. Al contrario que la alabada THE LORD OF THE RINGS: THE FELLOWSHIP OF THE RING (2001), THE YARDS sí que ha tenido sus detractores a causa de su aparente rigidez, a pesar de esto se trata de una partitura que tiene una audición muy agradable, y durante la cual destacamos temas como Willie donde Shore reescribe para la orquesta el tema Sunnyside Yards, tema que encontramos reinterpretado en Erica in Silhouette.

Podemos definir THE YARDS como una obra de madurez, compleja y amena, con detalles que delatan un intenso trabajo sinfónico, a pesar que sea el oboe el instrumento que dinamiza la partitura. La crítica no ha sido unánime, y más aún si se la considera a partir de haber escuchado THE LORD OF THE RINGS: THE FELLOWSHIP OF THE RING (2001).

Valoración:

Joan Martínez [2002-03-03]