Son ya más de veinte años los que llevan Steven Spielberg y John Williams de fructífero matrimonio profesional. Uno pone las imágenes y otro la música, y entre los dos han construido algunos de los títulos fundamentales del cine moderno, que sería inconcebible sin su aportación.

Una vez más, la fantasía futurista del autor de E.T. THE EXTRATERRESTIAL (1982) viene arropada por la partitura extraordinaria de Williams que se ajusta como un guante a las necesidades del relato, a su ritmo, a su intensidad e incluso a su aspecto. Porque la música de Williams puede ser tanto descriptiva como ambiental, tanto melódica como sinfónica, tan íntima como contundente. Y la banda sonora de MINORITY REPORT (2002) es un ejemplo memorable de la versatilidad que este compositor viene demostrando desde hace un cuarto de siglo, aunque tal vez le falte en esta ocasión uno de esos pegadizos leiv motiv que tan populares han hecho algunos de sus trabajos anteriores.

El film se abre con una potente música, Minority Report, que nos sirve tanto para ubicar el relato en un futuro poco acogedor, inquietante y frío, como para marcar el trepidante ritmo que se avecina de la mano de Spielberg en clave de thriller futurista. Pero las películas del realizador combinan siempre la tensión con la emoción, el vigor con la nostalgia, y es aquí donde adquiere especial relevancia la fiel colaboración entre el músico y el cineasta, ya que nadie como Williams es capaz de mantener la coherencia musical de una partirua que pasa de los abrumadores metales sinfónicos a las deliciosas melodías íntimas casi sin avisar, pero con una delicadeza excelsa (memorable el tema Sean and Lara). El último ejemplo de este insuperable binomio creativo fue A.I. ARTIFICIAL INTELLIGENCE (2001), y con MINORITY REPORT (2002) se repite por enésima vez la genialidad que surge siempre de este cóctel de magistrales talentos.

Valoración:

Antònia Pizà [2003-10-04]