Las biografías de pintores llevadas a la gran pantalla parecen inspirar a los compositores para realizar algunos de sus mejores trabajos. Si bien GIRL WITH A PEARL EARRING (2004) sólo es una ficción sobre la creación de una de las más famosas pinturas de Johannes Vermeer (1632-1675), el tema prometía una música interesante, como mínimo. Esta película imagina como la modelo del cuadro de Vermeer es su propia criada, y explora su relación dentro de un contexto artístico y sentimental, obteniendo una buena crítica y especiales menciones a su partitura compuesta por el francés Alexandre Desplat.

La labor de Desplat en la música de cine europeo es extensa, siendo especialmente memorable la participación en THE LUZHIN DEFENCE (2000), donde la música hacía más amenas las partidas de ajedrez. Con GIRL WITH A PEARL EARRING el compositor podría haber optado por adaptarse al estilo musical de la época en que se mueve el film, alrededor del siglo XVII, imitando obras de Corelli, Purcell o Monteverdi, pero no se da tal situación. Los únicos detalles puramente de época son el uso de la viola d’amore (una viola de doce cuerdas con un dulce sonido característico) y unas orquestaciones más bien modestas (formación de cámara con piano y pinceladas de flauta o metal). Por lo demás se trata de una música plenamente actual.

Estilísticamente se puede entrever un cierto minimalismo moderado parecido al que ejercita últimamente Philip Glass en THE HOURS (2002), pero sin resultar una partitura monotemática. El tema principal, presentado en Griet’s Theme, nos evoca los enigmáticos destellos de la perla con escalas de celesta y agudas notas de piano, concluyendo en forma de vals. Este tema encuentra algunas recapitulaciones en Winter Nights, By the Canal with Pieter o Home. Temas más animados son The Birth Feast, o el sombrío Cornelia contrastan con el tono más lento e íntimo de la partitura. Posiblemente sea Colours in the Clouds el otro tema más logrado del CD, un romántico crescendo comparable al mejor Bernard Herrmann de VERTIGO (1958). El disco se completa con algunas variaciones instrumentales, tal como una versión sólo de cuerda de Colours in the Clouds, o el tema principal interpretado en piano solo.

El toque delicado y exquisito que Desplat imprime en esta partitura es tan sorprendente como agradecido. Su mérito está en su forma de representar el drama sin caer en un histrionismo o una sensiblería innecesarias, sin olvidar que el conjunto se presenta de forma atractiva y accesible.

Los seguidores de las bandas sonoras bien dimensionadas y con sonoridad más clásica tendrán mucho que disfrutar en GIRL WITH A PEARL EARRING. Esperemos que este reconocimiento internacional abra un poco más las perspectivas de Alexandre Desplat y se pueda oír más a menudo su música siempre cargada de sensibilidad.

Valoración:

Martí Mesquida [2004-03-12]