Needful Things es un relato de Stephen King que narra la historia de un extraño personaje, interpretado por Max Von Sydow, que llega a Castle Rock para abrir una tienda donde todo el mundo encuentra aquellos objetos que más aprecian y por los que pagarían cualquier cosa. El precio consiste en gastar una pequeña broma a alguien del pueblo, con lo que el ambiente se va enrareciendo hasta que se produce el desenlace final, la destruccion total del pueblo.

Con esta presentación es fácil intuir que la trama argumental gira entorno al horror, la tensión, el terror... Patrick Doyle, a pesar de no ser un compositor especializado en la cinematografía de misterio -con la otra excepción de MARY SHELLEY’S FRANKENSTEIN (1994)-, compone para el film de Fraser C. Heston una partitura muy densa y extremadamente melódica. Mikael Carlsson crítico de Music From The Movies dijo de esta obra que era «la mejor partitura de terror de 1993» y basaba su atractivo en la orquestación y la coral que recordaban la legendaria partitura THE OMEN (1976) de Jerry Goldsmith.

En una entrevista Patrick Doyle apostaba por los cantos corales siempre y cuando diesen fluidez a la narración de su obra. En Needful Things los coros juegan un papel fundamental. Son el nexo entre el bien y el mal. Aunque por tradición cinematográfica se relacionan con el mal. Desde SENSE AND SENSIBILITY (1995) a EAST-WEST (1999) la música de Doyle mantiene una cierta cohesión a partir, precisamente, de esos cantos corales y las canciones para soprano (Jane Eaglen en Weep You No More Sad Fountains, SENSE AND SENSIBILITY; y Kiri Te Kanawa en I Saw No Shadow Of Another Parting, GREAT EXPECTATIONS (1996).

Desde un principio la música se presenta del modo más denso. Tanto la cuerdas como las notas solitarias del piano y del oboe componen un retablo perfecto para una visión «terrorífica». Doyle consigue su objetivo. No en vano se sirve de maestros del género como Bernard Herrmann (VERTIGO, 1958; PSYCHO, 1960) o Jerry Goldsmith (THE OMEN, 1976; POLTERGEIST, 1982) para crear una verdadera alegoría de Belcebú. En partituras en que el elemento «terror» es presente abundan los cantos corales —sin ir más lejos, The Omen—, por lo que Doyle persiste en esta tendencia. Su kyrie eleison aunque con locuciones convencionales —«Sanctus, Dominus, Deus»— mantiene la estructura clásica y sigue siendo una invocación de piedad al Señor («señor, ten piedad»).

La obertura The Arrival sirve de presentación al personaje de Von Sydow y abre el desarrollo de los temas de Needful Things que a muy grosso modo quedan reducidos a dos: el «Kyrie eleison» coral que ya habíamos destacado lineas más arriba y el tema central expuesto de manera más contundente en Gaunt’s Web. The Arrival, así como la mayor parte de los temas que componen esta obra son fluidos y dan sensación de dinamismo. En un concepto opuesto destacamos Go Upstairs y The Turning Point. Estos dos tracks son, sin duda, guiños al VERTIGO (1958) de Bernard Herrmann. Doyle consigue con las notas misteriosas de estas dos pistas crear una sensación de tensión. El argumento de Stephen King buscaba precisamente esto, la tensión entre los habitantes de Castle Rock.

Doyle incluyó en este score dos pistas no originales con una fuerte significación simbólica. El «Aue Maria» de Franz Schubert (1797-1828) y el «Peer Gynt: Hall Of The Mountain King» de Eduard Hagerup Grieg (1843-1907). La primera persiste en un canto de piedad y misericordia y la segunda es la representación del drama moral de H. Ibsen, Peer Gynt. Según apunta Mikael Carlsson (Music From The Movies) a las influencias de Grieg, Herrmann, Goldsmith o Schubert cabe anotar las del REQUIEM de W. Mozart y del CARMINA BURANA de Carl Orff, aunque la simbología de esta última es muy distinta al aspecto formal que ofrece. Según este crítico las influencias posteriores de Needful Things quedarían concretadas en el DEVIL’S ADVOCATE (1997) de James Newton Howard. Con todo, esta obra de Doyle es quizás la que se compuso con mayor sentido orquestal y una de las fuentes de inspiración del compositor inglés.

Valoración:

Joan Martínez [2000-10-12]